2022-02-26T20:18:16

La decisiva utilidad de lo inutil

Collage de unos niños haciendo una pirámide humana con imaginería del Super Mario Bros

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Si alguien hubiera hecho caso a ese arquitecto hoy le recordaríamos como aquel loco que derribó el centro de París para construir 24 rascacielos.

Su plan era convertir el centro de la Ciudad de la Luz en un espacio simétrico rodeado de distritos residenciales. Daba igual que por los alrededores estuviera la plaza de la Madelaine o el Palacio Real.

Le Corbusier había soñado con un tipo de ciudad racional, en la que todo encajaba y las cosas tenían un sentido: Eran espacios abiertos y cuadriculados pero con sus zonas verdes, higienizadas, soleadas, limpias de todo atrezzo, de toda distracción.

Nada de aceras y calles estrechas con recovecos y zonas inservibles que ya veremos luego qué hacemos con ellas.

Allí todo tenía un propósito de antemano. Lo llamó la Ciudad Radiante pero suerte no llegó a radiar. O al menos no en París.

Hasta que aparecieron Daniel Kahneman y Amos Tversky los científicos creían que cuando nos enfrentamos a un problema nuestra decisión se toma como si ya tuviéramos el teorema necesario instalado en la cabecita, como esa app en tu teléfono petado.

Sucede con algunas cosas: Quizá no entiendes de física como un Físico pero sabes golpear una pelota con la intención, la dirección y la fuerza necesarias para que lleguen justo donde tienen que llegar.

Quienes los vieron trabajar, cuentan que Kahneman y Tversky trabajaban en las que serían sus revolucionarias teorías sobre la toma de decisiones mientras fumaban, hablaban y reían.

Fue así como pusieron el ojo donde no había mirado nadie y descubrieron que el ser humano toma decisiones un poco al buen tun tun. Nos basamos más en lo que recordamos de cosas parecidas que nos han pasado que en unos modelos mentales previos y contrastados.

Es decir, no tratamos de maximizar la utilidad de las decisiones que tomamos. Intentamos minimizar el arrepentimiento.

Por eso, si te ofrezco 500€ o una probabilidad del 50% de conseguir 1.000, lo más probable es que cojas esos 500 y que salga el sol por donde quiera. Lo del pájaro en mano y todo eso.

Pero en cambio, si te doy a elegir entre perder 500€ o tener el 50% de posibilidades de perder 1.000 (o nada) lo más probable es que te la juegues:

“Cuando había que elegir entre algo seguro y un riesgo, el deseo de la gente de evitar una pérdida sobrepasaba al deseo de un beneficio seguro”.

Gol.

Tiempo después, cuando ya eran leyenda, le preguntaron a Tversky sobre cómo habían conseguido llegar donde no había llegado nadie. Su respuesta, como sus estudios, suena obvia una vez la escuchas:

“El secreto es siempre no tener mucho trabajo. Se pierden años por no ser capaz de perder unas horas”.

Otro gol, no. Golasso.

Hay tiempo de comer sin problema…

Si en microbio tomáramos siempre las decisiones correctas, esta newsletter trataría de venderte a tu abuela con dos ruedas como si fuera una bicicleta.

Llamadas a la acción, alguna oferta, muchos proyectos de toda la buena mierda que hacemos y pim pam, alguno caerá.

Por suerte para ti procedemos de una larga estirpe de humanos que priorizan lo divertido a lo importante o que, cuando estalla un volcán, comentan eso de que “hay tiempo de comer sin problema”.

First things first.

Nos gusta hacer cosas sin sentido porque somos seres racionales de los que toman raciones en los bares o porque, como dice el filósofo Pierre Lecomte, «en la escala de los seres, sólo el hombre realiza actos inútiles».

El caso es que los actos inútiles acaban dando dinero y, sobretodo, satisfacción.

La comunicación, como la comedia, es hasta cierto punto la suma de tragedia más tiempo. Aquella cagada, trajo aquel aprendizaje. Aquella locura, esa otra idea increíble.

No puedes comunicar sin equivocarte, sin ir virando el mensaje, sin ir cambiando lo que eres porque eso es lo que tú mismo haces cuando hoy piensas esto y mañana aquello.

Es un enfoque complejo pero también es el más riguroso: la primera campaña nunca es la mejor igual que el plan A siempre lleva al B.

Nadie se acuerda nunca de la primera tortita, la que se tira: gracias a ella, a ese sacrificio inmortal, el resto saben genial.

Voy terminando, que me lío: Suelo decir a clientes y extraños que se acercan a hablar sobre el tema que la comunicación, el diseño y las cosas bonitas de la vida son para las empresas como la filosofía para los humanos: sólo te pones a ello cuando estás bien comido y tienes el culo a salvo.

Entonces, no te preocupes mucho si lo que haces no está bien o no es todo lo bueno que quieres que sea.

Míralo como un pequeño paso más en el camino.

Como otro pequeño gesto estúpido e inútil que de repente, algún día, acabará convertida en una alegre mariposa.

O algo parecido.

La cita

“Damos forma a nuestros edificios y después nuestros edificios nos dan forma a nosotros”

Winston Churchill citado en Tubos, de Andrew Blum

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El dato

Solo el 8% de los españoles se siente representado en la publicidad que ve

Informe Digital 22 de We Are Social

Miscelánea

El chorradón

Edición y reflexiones locas: Alex Sanz

Diseño: Fernando Bedmar

Recopilación y copy: Carmen Álvarez

¡Eh! ¡Lo de las cooooookies!

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