El archivo de las Newsletters Pasadas

Se dice pero no se hace. El branding son tres cositas pero cada una de ellas retan nuestra costumbre de tocarlo todo para dejarlo a nuestro gusto.

Hoy se dice que está todo en internet pero es mentira. Está todo donde ya estaba, en los libros y el resto no es más que un destilado de ellos. Estamos a tres libros de saber lo mismo que ese experto que todo lo sabe. El caso es saber cuáles.

A veces parece que lo difícil de hacer algo es hacerlo y no mantenerlo. Con las marcas y las empresas pasa algo parecido. Lo difícil no es crearlas. Es que sobrevivan.

No es lo mismo subir que bajar. Tampoco es lo mismo tener una empresa que tener un marca. Para una cosa se necesita que pase el tiempo. Para la otra basta con firmar unos papeles y ponerse a vender.

Algo pequeñito puede cambiarlo todo. Le pasó a Diderot y al mundo. De eso va la construcción de marca, el diseño o la comunicación: hacer de pequeños movimientos grandes propósitos que lo cambian todo.

Hacer balance no es cualquier cosa. Implica mirar atrás sin querer saltarse nada admirando lo hecho, saludando lo nuevo. Y que sean muchos balances más.

Llega el Black Friday y las navidades y nos volvemos locos pensando en todas las cosas que vamos a comprar y, sobre todo, a qué precio las vamos a conseguir para luego, una vez hecho, seguir buscando cosas que conseguir. No eres tú. Somos así.

Celebramos estos días cosas que parecen antagónicas pero así somos. Miramos al pasado para ver a los que no están y, de repente, se nos aparecen nuestras propias elecciones. Como aquella red social en la que pusiste todo tu amor. Y mal.

Hay quien vuelve al cole como quien vuelve al curro y a la inversa. Hay quien se toma las cosas como algo que se acaba y quien sabe que hay cosas que no se acaban nunca.

Nadie te enseña las cosas importantes de la vida y por eso al final todos acabamos siendo un poco autónomos. Aunque nos queramos llamar de otras maneras.

Echarle más Inteligencia Artificial al guiso no va a mejorar el plato. Es el momento de entender de una vez que no hay herramienta que lo haga todo y que la diferenciación, precisamente, va por el lado contrario.

Hay elecciones. Elegir implica tomar decisiones pero no quemarlo todo. Hay que llegar a acuerdos pese a que haya gente que solo quiera ver el mundo arder.

¿Qué es ruido? ¿Qué nos interesa? Aprender a diferenciar lo que tenemos que decir de lo que es accesorio es el camino para entendernos mejor, explicarnos más y facilitar que quien viene a buscarnos entienda mejor lo que hacemos.

Las cosas pasan cuando tienen que pasar excepto cuando no. Tomamos decisiones pensando que generarán grandes consecuencias y, pues bueno, pues eso.

A poco que te paras a leer sobre el cerebro descubres que es un pandillero. Al cerebro la va la marcha porque es el resultado de millones de años de evolución salvaje a cuchilladas y el que quede gana.

Parece fácil encontrar el foco y centrarse en lo importante. Puedes estar toda la vida buscándolo. Y es la diferencia entre ser una marca y significar algo o nada.

En la microletter de este mes, hablamos de la importancia de mantenernos bien con nosotros mismos y con lo que hacemos. Para que los años no se conviertan en losas y sigamos creativos y fluyendo. Que es lo que mola.

Hay cosas que no tienen solución y, de tenerla, es mejor no encontrarla no vaya a ser que venga el listo de turno y nos de más problemas envueltos en forma de solución. Porque eso es lo que tienen los problemas, que parece que se pueden solucionar pero a veces, simplemente, no.

La teoría del Encuadre nos ayuda a entender que todo está enmarcado, desde una marca hasta nuestra visión del mundo que nos rodea. Lo importante es entender que siempre hay cosas que quedan fuera del marco.

¿Qué es caro y qué es barato? Cuando te dedicas a las ideas y el diseño tienes que entender que, a veces, las cosas no son tan sencillas como parecen. O, si lo son, llevan detrás tanto trabajo que cuesta hacerse una idea de todo el valor que hay detrás.

Parece que se vienen inteligencias artificiales de las que quitan el trabajo. Pero eso es, quizá, quedarnos sólo con lo peor de algo más grande. Algo que nos hace aún mejores de lo que ya somos

Buscar la diferencia no es fácil. A veces intentamos ser diferentes a lo que somos pero eso, realmente, no es tan diferente.

Aunque no lo quieras reconocer, lo que te mueve en tus decisiones suele ser el interés. Entonces... ¿Por qué nuestra comunicación sigue siendo de todo menos eso?

Todos queremos tener lo último sin darnos cuenta de que lo importante es tener lo que ya estaba ahí. Lo aplicamos también a las marcas, moviéndonos de estrategia en estrategia.

Hay una palabra para describir porqué la vida nos parece tan mediocre. Y quizá también porqué hay proyectos que no salen tan bien como esperábamos.

Los gestos inútiles acaban siendo útiles porque en la vida, como en la comunicación, a veces hay que intentarlo para que funcione. Aunque no sea perfecto.

Estamos tratando de transformar digitalmente a empresas, marcas y personas sin darnos cuenta del enorme esfuerzo que supone hacerlo.

Puedes querer abstraerte de la Navidad pero no puedes. No puedes alejarte de lo que eres ni de lo que te rodea. Y eso aplica a la vida y a tu marca.

Hay una teoría que habla sobre la miopía del marketing. La duda es si la dichosa miopía no ha contagiado también a otros departamentos, como comunicación.

Las marcas y las personas fracasan mejor cuando hay dinero a mansalva y una red de soporte. Otra cosa es que te hagan creer lo contrario. Algo así le pasa a Facebook.

Las empresas, las marcas, se mueven por nuestros propios impulsos. Pero hay quien intenta camuflar tras un logo toda la mierda que tiene en su interior. Y eso esta feo.

El tiempo en verano es algo relativo. Lo que nos lleva a pensar que, el tiempo, en general, es bastante moldeable. Otra cosa es que queramos moldearlo.

Pasarse al lado remoto de la vida tiene alegrías y penas pero sobre todo te pone delante de una realidad ineludible: trabajar en la cultura de tu empresa.

Tu cerebro quiere que creas que no cambias nunca, como la canción. Pero el cambio siempre llega y estar alerta es algo más que una ventaja.

Hay una diferencia entre lo que pensamos y lo que creemos que pensamos. Igual que entre lo que sabemos o creemos saber.

Imagina que tu proveedor de confianza te dice que... no. Que él no tiene soluciones y que en lugar de respuestas tiene preguntas, dudas, incertidumbre a mansalva.

Hay mucha gente pensando en monetizar cosas y no tanta gente pensando en desmonetizarse. Hay mucha gente pensando en ocupar tu tiempo, ese que cada vez escasea más.

Las ausencias prolongadas de compañeros de trabajo siempre son complicada pero... ¿en una pequeña empresa donde es difícilmente reemplazable?

Somo como las ardillas, de rama en rama, sin profundizar en ninguna. Pero, tarde o temprano, la ardilla para. Se cansa. O se aburre de tanto saltar.

Después de un 2020 que nos ha puesto a todos en nuestro sitio, llega un 2021 que probablemente no será la bomba pero que puede perfecto para adaptarse a lo que viene.

Microbio conoció Discord y, de repente, el teletrabajo se pareció, al menos un poco, a una oficina con las puertas abiertas en la que cualquier entre y grita 'Yee haw!'

El problema son las prisas. Pensamos que todo se puede hacer de un día para otro. Que se puede tener un problema muy complejo y encontrar una solución sencilla.

Vivimos tiempos inciertos. Deutche Bank lo llama la Era del Desorden, otros lo llaman "esperar la PCR de alguien" y, en microbio, "vivir en la incertidumbre".

Este mes los diseñadores se han levantado con una Inteligencia Artificial capaz de hacer parte de su trabajo y con un diseñador en auge que, en realidad, era una Inteligencia Artificial.

Hay ahora mismo hay dos realidades que tratan de ir paralelas pero no les sale. Las grandes marcas, que se posicionan, toman partido y las marcas más pequeñas, que no llegan ni a ser marca.

Tras todo lo que nos ha pasado es inevitable pensar que muchas cosas van a cambiar. Pero... ¿realmente van a cambiar tantas cosas?

Si todo el mundo está diciendo algo sobre algo, lo más normal es que todos estemos repitiendo lo mismo.

¿Le servirá a tu marca (y por tanto a tu negocio) posicionarte en la lucha, por ejemplo, contra el coronavirus en el futuro?

La publicidad ha normalizado lo que nunca debió ser normal en internet: todos esos anuncios, banners e interrupciones que trasladan a lo digital la experiencia publicitaria de la televisión.

Muchas veces, hasta a los propios CEO´s les cuesta entenderlo: un logo no es una marca. De hecho, un sistema visual o verbal, tampoco son una marca.