2022-01-29T10:38:58

Manolo Butterfly y la transformación digital

Collage Manolo Transformacion digital empresas

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La Vanessa de los cardos es una mariposa que como el ser humano vive en casi todos los lados menos en la Antártida. Su esperanza de vida es de unos 30 días pero para llegar a ser quien es y transformarse de larva a capullo y de ahí a mariposa, se toma otro mes.

Es decir: invierte la mitad de su tiempo en convertirse en lo que es.

El ser humano, en cambio, pasa una parte de su vida intentando descubrir quién quiere ser y la otra parte preguntándose porqué no fue quién quiso ser.

Mariposa de los cardos 1 – Ser humano 0

Como los insectos, los niños mantienen un cuerpo pequeño, que gasta menos, hasta que a los 11 o 12 años llega el estirón y zas, se comen a dios por una pata.

Hay quien compara la metamorfosis de los insectos con la pubertad de los adolescentes. Nosotros no vivimos 30 días, claro, y las cosas se alargan un poco más pero un adolescente, de media, duplica su tamaño en apenas dos años 🤯

Como dice el antropólogo Juan Luis Arsuaga en La vida contada por un sapiens a un neanderthal de Millás: “Una oruga no es la miniatura de una mariposa, es otra cosa. Un niño tampoco es un ser humano pequeño, es otra cosa.”

¿Transformarse para qué?

Podríamos decir que la transformación digital es, a las empresas, lo que la metamorfosis es a los insectos y quedaría super bonito, y super comprensible pero también sería super mentira.

Al contrario de una mariposa e incluso de un adolescente, cuando una empresa decide transformarse no sabe, realmente, a dónde le va a llevar eso. Es decir… ¿qué coño significa, realmente, transformarse digitalmente?

Bajo ese paraguas genérico e indeterminado se están vendiendo, igual que pasa con el marketing, soluciones sencillas a problemas complejos haciendo creer que puedes transformar a tu equipo con tres apps y un flujo en auténticos dioses griegos de la productividad, el respeto, la creatividad y la gestión de equipos.

Porque cuando le dices a Manolo, venga, Manolo, transfórmate, cambia, muta, Manolo te manda a cagar.

Quieres convertir a Manolo, que hace eso en la ofi que no hace nadie pero que a las 12, como un reloj, se fuma su piti y se toma su cortado, en una especie de semidios capaz de entender cómo han cambiado las dinámicas de gestión de equipos en los últimos años gracias a la tecnología y la psicología conductual.

Manolo no va transformarse por mucho que le insistas porque, de primeras, no le da la vida con lo suyo.

¿Y qué hace Manolo?

Pues se adapta. Tira palante y se aprende la herramienta de turno, a poner esto aquí y a poner eso allá, a escribir por email aunque prefiere el güasap.

Porque la mayoría de la gente lo que quiere es hacer lo suyo e irse a su puta casa. Y ahí sí, seguir siendo digitales pero con herramientas en las que no hay que transformarse, en las que está todo hecho.

Nadie quiere aprender un aburrido programa de gestión de tareas o una automatización de esto con aquello.

Me pongo el Facebook o me hago chillin con el Netflix, pero no me transformo. Me adapto.

Con las organizaciones pasa lo mismo: la mayoría de empresas no se van a transformar. Sus líderes, como diría Pedro Serrahima, no tienen ninguna gana. Acabarán siendo un mix de procesos, herramientas, soluciones de consultoría o carne de tendencia.

Por eso, vamos a dejar de pensar qué vamos a transformar a Manolo. Vamos a empezar a pensar en pequeño, en adaptarnos más que en transformanos. Y que sea esa adaptación, constante, consistente, como un interés compuesto que te da la vida, lo que te permita ir poco a poco para dentro de un tiempo ser, como diría Arsuaga, “otra cosa”.

La cita

“No basta con tener visión; ha de combinarse con atrevimiento. No basta con mirar los peldaños: hemos de subir las escaleras.”

Vaclav Havel citado en Organízate con Eficacia de David Allen

Para estar al día

Para mejorar procesos

Para leer tranquilamente

El Dato

La frecuencia de compra de los internautas españoles es de 3,8 veces al mes

Informe de Avante Medios

Miscelánea

El chorradón

Edición y reflexiones locas: Alex Sanz

Diseño: Fernando Bedmar

Recopilación y copy: Carmen Álvarez

¡Eh! ¡Lo de las cooooookies!

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