Diseño Gráfico e Ilustración
Decantarse por un vino u otro puede resultar complicado. Sobre todo, si no se tienen muy claros conceptos básicos sobre el diseño de las botellas de vino.
Prestar atención a los detalles presentes en una botella puede darnos muchas pistas sobre la procedencia o el tipo de vino. Elegirlo puede ser una tarea compleja pero, cuando hayas leído este artículo, tendrás conocimiento de los aspectos más importantes de una botella. Para entenderla mejor y escoger en cada momento el caldo que realmente estabas buscando.
¡Adelante!
En una botella de vino, independientemente del tipo, podemos diferenciar 5 partes claras:
La parte superior de la botella. En ella podemos encontrar el gollete, un contorno más grueso que sirve para evitar que la presión que ejerce el corcho la rompa.
Justo debajo de la boca encontramos el cuello, que es el nexo de unión con el resto de la botella. Esta es la parte donde se estrecha la botella y su longitud puede variar dependiendo del tipo que se utilice. ¿Cuál es su función? Hacer que el vino salga al exterior de forma más suave y controlada.
Cuando termina el cuello, llegamos a los hombros. El tipo de hombro depende del tipo de botella, más marcados, más caídos, suaves…
El cuerpo está situado debajo de los hombros; es la parte de la botella en la que se almacena la mayor parte del vino.
En la parte inferior de la botella encontramos el pie. Es la parte cóncava del recipiente y tiene doble función: por un lado, reforzar la estructura y, por el otro, facilitar su sujeción.
Además, todas las botellas de vino, independientemente de su diseño o tipo, tienen una serie de elementos característicos:
Es el elemento más importante, sobre todo, porque muchas de las decisiones de compra de los consumidores están basadas en el diseño de la etiqueta de vino.
Además de ser un elemento vital en cuestiones de marketing y ventas, la etiqueta ofrece información sobre el vino, datos que todas las bodegas están obligadas a incluir en sus botellas.
Por lo tanto, la información que te vas a encontrar en una etiqueta de vino hace referencia al nombre de la bodega o empresa que embotella, Denominación de Origen o zona de producción, volúmen, porcentaje de alcohol, número de registro sanitario e identidad del embotellador, el año de la cosecha o el país de procedencia, dato obligatorio en el caso de Europa.
Como curiosidad: ¿Sabías que lo que los consumidores llamamos etiqueta es, en realidad, la contraetiqueta?
El “culpable” de todo este lío de nombres es el marketing, ya que la “etiqueta verdadera” es el espacio que las bodegas utilizan para jugar con el diseño y llamar la atención de los consumidores.
La información que se puede encontrar en la contraetiqueta de las botellas puede diferir de unas a otras.
Aquí podemos encontrar el código de barras, notas de cata, recomendaciones de consumo y maridaje y, también, mensajes o notas simpáticas que la bodega quiera incluir en la botella.
Como comentábamos en el párrafo anterior, lo que comúnmente llamamos contraetiqueta es la etiqueta.
Es el elemento que vamos a encontrar en la parte superior de la botella. Este precinto está hecho de papel metálico, plástico o lacre y cubre el cuello, el gollete y el tapón de la botella.
Su función es muy clara: garantizar que la botella no ha sido abierta y, por lo tanto, que no ha sido alterada ni manipulada desde que se embotelló.
Este elemento no está presente en todas las botellas. El collarín es una especie de etiqueta que se coloca en el cuello de la botella y suele aportar información sobre la historia de la bodega, la propia del vino, se incluye logotipo de la bodega o la añada. En general, el collarín puede contener cualquier información que sea susceptible de interés comercial.
Existen diferentes tipos de botellas de vino y cada una de ellas se utiliza en función de la clase de vino que contengan en su interior. Todos hemos visto en el supermercado o cualquier establecimiento las diferencias entre una botella de vino blanco y una de champán, por ejemplo.
La forma de la botella no solo atiende a razones estéticas de presentación de producto, sino que marca la procedencia de la variedad de la bebida. Lo que sí tienen en común todas las formas es que no se encuentran con ninguna arista, ya que el vino evoluciona en mejores condiciones cuando la botella no tiene esquinas.
Se pueden diferenciar hasta ocho formas diferentes de botella: provenzal, barolo, dulces, rhin, borgoña, jerez, espumosos y burdeos.
Aunque la botella estándar es el formato de 75 centilitros, existen muchos más tamaños que no son tan conocidos para los consumidores. De hecho, muchos de ellos se reservan su fabricación para conmemorar alguna efeméride importante o incluso para colección de los más sibaritas.
Además, los formatos varían un poco dependiendo de si son vinos blancos y tintos o espumosos.
¿Por qué la mayoría de botellas de vino son de tonos verdosos? El principal motivo por el que se eligen vidrios verdes es la protección contra la luz. Aunque, no es la única razón, ni mucho menos.
Otro de los motivos está relacionado directamente con cuestiones económicas y comerciales. El cristal verde suele ser el más barato ya que está tintado por impurezas de óxido ferroso. Esto hace que se abaraten los costes de producción, y de ahí su uso tan extendido. De hecho, ha sido con el paso del tiempo que se ha descubierto que el color del vidrio que se utiliza tiene una incidencia en la conservación del vino.
Aunque el vidrio verde es de los más utilizados, existen vidrios de otros colores, y depende de las bodegas utilizar unos u otros.
No cabe duda de que lo más importante de un vino es, precisamente eso, la calidad del caldo. Sin embargo, no podemos pasar por alto todos los elementos que intervienen tanto en el embotellado como en su comercialización: desde la forma de la botella, el color del vidrio o el propio diseño de la etiqueta de vino.
En este último aspecto las bodegas están poniendo especial interés. El diseño y el packaging de botellas de vino están adquiriendo cada vez más relevancia como forma de dar visibilidad a la marca y a las propias bodegas, claro elemento diferenciador de cara a la competencia.