2021-09-29T10:02:57

Liderazgo, metaverso y otras cosas del pensar

Decía Pedro Serrahíma en esta entrevista que “Las compañías sólo cambian cuando el líder de la compañía decide que cambien […] No existe una compañía con un líder sinvergüenza, que no sea una sinvergüenza”.

Es lo que tienen los símbolos. Nos permiten desdibujar lo importante de las cosas y camuflarnos tras una compañía que, al fin y al cabo, no es más que un símbolo o un nombre o un nif.

Por eso muchas veces las marcas, como los perfiles de Twitter, acaban convertidas en paraguas para sinvergüenzas.

Esas cosas pasan cuando al volante de una empresa aparece el típico que lo sabe todo o que, directamente, no quiere saber nada.

Son los dos extremos de una misma moneda: Es imposible saberlo todo sobre lo que pasa en una empresa y, a la vez, es imposible no querer saber nada de nadie.

Y sin embargo se mueve

Las marcas, las empresas, cualquier cosa en realidad, se mueven por la potencia que nosotros mismos les administramos.

Otra cosa es que nos creamos que las cosas pasan porque sí, como en las películas, cuando el protagonista está aquí y, luego, zas, allí.

Si eso pasa, comenzamos a dejar que las cosas se hagan sin saber muy bien qué queremos hacer ni a dónde queremos llegar. Comenzamos a utilizar “palabras confesionario” que nos permiten seguir con nuestra vida como si nada. La culpa es de “los mercados”, “del periodismo”, “de los usuarios”, del “departamento” o de “la agencia”. 

Pero nunca nuestra.

La realidad, en cambio, apoya lo que dice Serrahima: las empresas cambian porque cambian sus líderes.

Las empresas se mueven de acá para allá porque sus líderes (principales, intermedios, etc) actúan como actúan. Si tu jefe es un capullo, es probable que se comporte como un capullo aquí, allí y en la reunión del mes que viene. 

La mierda siempre sale, aunque sea a borbotones.

Lidera, que algo queda

El verdadero líder, aquel al que le gusta que llueva y va sin paraguas por la vida, acaba dándose cuenta de que no sabe muchas cosas y que, las que sabe, están en constante evaluación.

Por eso la mayoría de veces pone en práctica su visión sobre cómo se hacen las cosas o cómo cree que se deberían hacer sin más criterio que su propia intuición, lo que ha visto por ahí o lo que le escuchó a aquel tipo en aquella charla.

Va desbrozando el bosque según aparecen las ramas. Va creando la cultura conforme interactúa con compañeros, clientes y consigo mismo.

El camino, el andar y todo aquello de Machado.

Esto no significa, no vayamos a malpensar, que haya un líder en España que lo hace todo. No, no es eso.

El líder, el CEO o como demonios quieras llamarlo es quien abre las puertas, indica el camino y, si no va contigo, al menos te espera al final para ver, mirar o valorar si aquello que se ha hecho cumple con esa visión primigenia en la que podía ver un resultado sin saber muy bien cómo llegaría hasta él.

Da igual que se trate de implementar procesos de trabajo ágiles o de tu próxima campaña: Si no tienes una idea final de lo que quieres conseguir con ese proyecto, es mejor que lo pares. 

Que lo maceres, que lo introduzcas en el backlog de tu carga mental y esperes a que se conecten los puntos. Lee. Infórmate. Pregunta.

Busca, como un comercial busca leads, la visión que tienes sobre eso que quieres hacer. Aunque no llegues a entenderlo del todo. Aunque parezca que siempre es mejor que lo haga otro.

Al fin y al cabo, no puedes liderar a nadie hacia no sabes dónde.

La cita

“Es complicado hacer predicciones, especialmente del futuro”

Proverbio danés atribuido a Niels Bohr, Mark Twain, etc.

Para estar al día

Para mejorar procesos

Para no perdértelo

Para leer tranquilamente

El dato

El 77% de los españoles han requerido nuevas destrezas para comunicarse durante la pandemia

Informe sobre La importancia de la comunicación en España

Miscelánea

El Chorradón

Edición y reflexiones locas: Alex Sanz

Diseño: Fernando Bedmar

Recopilación y copy: Carmen Álvarez

¡Eh! ¡Lo de las cooooookies!

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