2021-10-31T10:04:43

Fracasos en el metaverso

Hay narrativas malas que te entran como una mañanita de primavera, te las crees y cuando te quieres dar cuenta está la policía reventándote la puerta.

La del fracaso, por ejemplo, es una de ellas.

Te dicen eso de “fracasa, que de todo se aprende” y terminas aceptando un crédito de dos millones de euros para un negocio que se va al garete antes de que hayas firmado con el banco.

Te dicen aquello de “fracasa, que así encontrarás tu camino” y terminas derrotado por la vida con una deuda que, con suerte, pagará tu tataranieto.

Si sale cara…

Confundimos fracasar con intentarlo y terminamos frustrados preguntándonos porqué nosotros, qué hicimos mal, si somos unos cenizos o, simplemente, unos parias de la vida, la famélica legión de la que hablaba la canción.

La realidad es que un fracaso no es más que un intento que se puso serio, que nos emocionó más de lo que debía.

Lo normal es fracasar: uno se pasa la vida intentando cosas que no llega a conseguir. Intentas deconstruir una tortilla y terminas con ella en el suelo. Pruebas a enamorarte y terminas llorando en una esquina cantando Camela.

Uno prueba muchas cosas todos los días de su vida y la gran mayoría acaban en fracasos sin importancia, cosas que salen mal pero que nos importan entre una y tres mierdas.

El problema es cuando te venden que el fracaso, digamos, en los negocios, es positivo. 

Quizá hasta cierto punto, al igual que en los otros intentos, fracasar te enseñe algo pero la realidad es tozuda y más si hay dinero de por medio.

Entonces, al concepto de “intento” se le une el concepto de “colchón”.

Si sale cruz…

Lo que nadie te cuenta del fracaso es que muchos de los que tanto lo intentan, aquellos que quiebran empresas pero se les ve impertérritos, a gusto con la vida, con cuatro danacoles, tienen detrás un colchón, una serie de soportes, una “network” que les permite protegerse, recuperarse y salir airosos de la cantidad de mierda que un fracaso económico deja por el camino.

No es lo mismo fracasar en el amor, que es algo que queda entre tú y la persona amada, que fracasar en los negocios: eso queda entre tú, los empleados que se han ido a la calle, el juez, y aquel señor tan amable del banco que te dejó la pasta para, por ejemplo, el local o la maquinaria.

De toda esa mierda no se recupera uno a no ser que haya una red de gente que te acoja, te escuche, te apoye, pague ciertas deudas o, incluso, te ponga un plato caliente encima de la mesa.

La cosa es que no llevamos bien los grises y, al leer todo esto, puedes acabar pensando que es mejor no hacer nada, no intentarlo, no moverse. 

Y no. Es justo al contrario.

Inténtalo, juega, prueba, tira todos los triples que puedas y haz lo que consideres oportuno pero ten en cuenta dónde estás, cuál es tu lugar en el mundo y dónde puedes llegar con las cartas que la vida te ha dado.

No con las que te va a prestar el banco.

No con las cartas que le viste a aquel señor, de apellido compuesto y familia muy bien que un día te dijo que él ya había quebrado tres empresas y que, ahora, mira tú por dónde, había conseguido su sueño.

Será tu pesadilla.

La cita

“La diferencia entre contarse y ser contado es la misma que hay entre la de ser dominado y dominarse uno mismo”

La España Vacía de Sergio del Molino.

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El Chorradón

  • Es gracioso porque es verdad: Así es el funnel de marketing, pero el de verdad, no el de los libros 🤣

Edición y reflexiones locas: Alex Sanz

Diseño: Fernando Bedmar

Recopilación y copy: Carmen Álvarez

¡Eh! ¡Lo de las cooooookies!

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