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La colonoscopia de la suerteMayo 23 Podría haber hecho una cosa pero hice la otra. Había algo de fruta en la nevera pero elegí hacerme una tostada con nocilla o, más bien, nocilla con algo de tostada. A cucharadas. Luego me sentiré mal pero ahora mi cerebro brinca de alegría recorridas sus hormonas por el azúcar: ya llegarán los lamentos, el recuerdo de los años de vida que te quita algo así o la tan manida operación bikini. Estas son mis elecciones y si no me gustan, da igual. Yo mismo me encargaré de alterar el relato para que, a largo, encaje. Lo decimos a menudo por aquí: somos los narradores de nuestra propia historia y, ya sabes, en las historias siempre ganan los buenos, es decir, yo. Hoy es día de elecciones y el cliente somos nosotros. Nos dan elegir entre cosas no muy claras y elegimos unas u otras por el relato más que por la sustancia. El relato de estos días es que el mundo se va a la mierda pero ya no sabes qué fue antes. Casi todos los datos dicen lo contrario. Estamos bastante mejor que hace 50 años y la “empresa” va que da gusto: casi no hay violencia en las calles (en estas y en las de todo el mundo), hay sobreabundancia de comida y cuando hay una hambruna no es, como era antes, porque no haya para comer sino por que algún político la ha liado parda. Hay gente que prefiere ver el mundo arder antes que ponerse a trabajar. Parte de mi día es crear cosas para que otro elija o elegir entre cosas que alguien ha hecho para que elija yo. Hacemos moodboards para que el cliente elija. Planteamos escenarios creativos para lo mismo. Nos gusta tener para elegir pero tampoco tanto. Hay que tener parte del trabajo hecho por que si no el cerebro se aturulla y no elige y se queda viendo el tren como las vacas o la portada del Netflix como hice yo anoche. Creemos que elegimos gracias a nuestro sesudo análisis de la realidad pero no. Creemos en el libre albedrío pero todo es más complejo a poco que te paras a pensarlo. Una de las personas más mencionadas en estas cartas, Daniel Kahneman, comenzó a analizar en los 90 cómo las personas interpretamos el dolor. Junto a Donald Redelmeier estudió la forma en que los pacientes de una colonoscopia recordaban lo vivido. Lo vivido en una colonoscopia no es agradable pero Kahneman indagaba en algo que ya sabía: una experiencia larga y dolorosa que acaba de forma suave se recuerda mejor que una experiencia corta y algo menos dolorosa que acaba de forma brusca. El final importa o, de hecho, es lo único que cuenta. El relato mata al dato y da lo mismo que el dolor fuera mayor porque, al final, me dieron un caramelito. Definitivamente soy un tipo con suerte. La cita del mes Es mucho más sensato asumir riesgos que podemos medir que medir los riesgos que estamos asumiendo. Para estar al día
Para leer tranquilamenteCultura, cambio e intencionalidad ¿Se puede cambiar la cultura de una empresa? ¿Puedes intentar influir en ella o guiarla o debes generar un contexto que permita que crezca, como un humilde hortelano? Cada día más a favor del tiempo compuesto o las actividades no escalables. Sobretodo para evitar petar en mitad de tanta “cosa urgente” La inmensa mayoría de la comunicación es chismorreo. Y es lo que nos hace ser más cooperativos y, por tanto, los amos del chiringuito Para mejorar procesos
Miscelánea
¿Lectura recomendada? No, recomendadísima Good Strategy Bad Strategy de Richard Rumelt Uno de esos libros que hemos citado por aquí bastante y que te pone en tu sitio cuando piensas que tienes un plan o algo parecido. Una clase magistral construida sobre una base fácil de entender: tener una estrategia implica renunciar. 😂 El chorradón Encuentra la puerta es un juego tonto para que pierdas horas encontrando una puerta. Maravilloso. |
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Edición y reflexiones locas: Alex Sanz
Diseño e ilustración: