2021-07-29T12:24:40

Todo esto antes eran oficinas

La información es aburrida. Como un día de calor, la información te aturde, te atonta, te pone a bailar la cabeza con fragmentos, datos, números, consideraciones, flujos.

Pero todo es información. Tu campaña de marketing es información. El diseño de tu web es información. Ese copy glorioso, esas risas en el chat, esa gráfica espectacular, esa campaña de ensueño.

Todo eso son pedacitos de información que se transmiten de acá para allá, que pasan de un emisor a un receptor y así todo el rato.

El problema es que no estamos preparados para trabajar con tanta información. 

Uno retiene algún número de teléfono, un par de direcciones y el resto, pues apuntado en algún lado. Lo mismo pasa con el trabajo, con los proyectos: Mails que entran, solicitudes, cambios, reuniones de última hora, feelings de cliente, feedback de proveedor y aquello de “aunque aún no hemos empezado, tened esto cuenta para el producto final”.

Retener toda esa información, organizarla, darle un sentido y convertirla en accionable es, simplemente, una tarea que uno no debería hacer en plena ola de calor.

Pero aquí estamos: tratando de crear un microbio a través de Notion, hablando con clientes por Miro o contándonos la vida por Discord.

Más información que va, viene y, como siempre, por el camino se entretiene.

Full Remote Way Of Life

En microbio llevamos en casa desde que comenzó la pandemia.

Por suerte, teníamos los deberes hechos y lo que al principio era una decisión temporal rápidamente se convirtió en un tema de conversación recurrente entre el equipo.

¿Qué iba a pasar con la oficina?

¿Íbamos a volver cuando todos estuviéramos vacunados?

¿Quién querría volver y quién, preferentemente, quedarse en casa?

Con el tiempo y como siempre en microbio, tras muchas conversaciones, idas y venidas, la oficina es historia.

Dejamos el pisazo desde este próximo mes de agosto y, a lo Marie Kondo, ya nos hemos desecho de muchos recuerdos y de mucha, digamos, mierda inservible.

El problema, ahora, es la cultura.

En sus orígenes, la “cultura” de Microbio se sustentó en la alegría de la huerta de tres socios alocados y juveniles con una sana afición por el trasnoche y el alcohol.

Pero todo cambia en esta vida y entrar en remoto absoluto lo único que nos pone delante es algo que ya sabíamos: no somos los mismos, no vamos a volver a serlo y, entonces… ¿Cuál es la cultura de microbio?

El problema de las preguntas es que no generan respuestas, sino más preguntas.

Al rico cambio de paradigma

En 2015, un aún más joven C. Tangana decía que cuando quieres algo de verdad, no te quedas pensando en que lo quieres, sino que tratas de buscarlo. Tratas de hacer que suceda. Otra cosa es que pase, claro, pero al menos, carajo, lo intentas.

Lo que se nos ha metido en la cabeza ahora, en realidad, ha estado siempre: ofrecer servicios creativos honestos, interesantes, bien pensados y, cuando se pueda, divertidos.

Pero, con el remoto, ha surgido una oportunidad única: integrar aún más al cliente en la conversación, abrir las puertas y trabajar distinto, mejor.

Para hacerlo, organizar la información es clave: para abrir las puertas al cliente, primero hay que abrírselas al equipo.

Alejados en lo físico, tenemos que involucrar a todo el mundo en lo que somos, lo que creemos, lo que intentamos hacer y lo que nos mueve para estar escribiendo esta newsletter en la medianoche de un juernes de calor y paternidad.

Hay que organizar la casa (aún más) y crear procesos (ahí es nada) para desarrollar ese entorno seguro en el que la información fluya ágilmente entre tus necesidades y nuestros propósitos.

Los de todo microbio.

Un entorno para trabajar mejor, corresponsables, unidos y, así, encontrar el tiempo de la cultura. Tiempo, en realidad, de lo que se tercie: de charla, de penas, alegrías, cañas o talleres.

Es así como se crean las culturas: compartiendo más allá de los entregables, las fechas límites y la información que va, viene y, ya saben, por el camino se entretiene.

El resto, entonces, vendrá solo.

La cita

“Hay que tener mucho cuidado si no se sabe adónde se va, porque es posible que no se llegue”

Yogui Berra

Para estar al día

Para mejorar procesos

Para no perdértelo

Para leer tranquilamente

El dato

Más del 40% de CMO´s dura en su puesto dos años o menos.

Visto en LinkedIn

Miscelánea

El chorradón

Edición y reflexiones locas: Alex Sanz

Diseño: Fernando Bedmar

Recopilación y copy: Carmen Álvarez

¡Eh! ¡Lo de las cooooookies!

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